Un paseo por la Zaragoza romana

El pasado miércoles 9 de octubre, los alumnos de Latín del colegio La Salle Montemolín salimos de nuestras aulas para disfrutar y aprender de los restos romanos que siguen a día de hoy en nuestra ciudad.
Tras una larga caminata, nada más llegar al punto de encuentro, nos hicimos una foto con la estatua de César Augusto. A las 9.30 nos reunimos con la guía que nos acompañaría durante el resto de nuestra jornada, Sara Ferrando Rovira, quien nos enseñó un mapa de la Zaragoza antigua romana y nos mostró en él los límites de la ciudad para luego señalarlos a nuestro alrededor. Finalizado esto, nos indicó la ruta que íbamos a seguir a lo largo de la mañana.
Nuestra primera parada fue el Puerto Fluvial, en donde vimos un interesante vídeo didáctico e interactivo en el que se indicaba la importancia del río Ebro para la población de aquel entonces, puesto que era navegable. Mediante una maqueta nuestra guía nos explicó las importaciones que venían desde Roma, posibles gracias a este medio fluvial. Importaciones, que en su mayoría llegaban en ánforas fabricadas especialmente para ser transportadas en el diseño plano que los romanos habían planteado para sus barcas.
Acabada nuestra visita al puerto, nos dirigimos al Foro localizado bajo la actual plaza de la Seo. El foro era el centro de la vida religiosa, civil, económica, administrativa y política en las ciudades romanas. Una vez adentrados en el edificio, visibilizamos los restos de un sistema de eliminación de desechos que acababa en el río y tuvimos la oportunidad de entrar y ver su construcción interna. La guía nos comentó que esto beneficiaba a los comercios que se situaban sobre el nivel del suelo en el que nos encontrábamos. Luego nos mostró unos restos del sótano de una tienda junto con una muy bien lograda réplica de la misma.
Cuando llegamos a las termas que se situaban en el centro de la ciudad, al ser un punto público de reunión social, la guía expuso las preferencias que tenían unas clases sociales sobre otras. Hoy conservamos la mitad de una piscina junto a utensilios de aseo personal. La actividad de estas termas abarcó desde el siglo I a.C. hasta comienzos del siglo IV d.C.


Por último, fuimos al Teatro romano que fue construido durante el siglo I cuyos restos están muy bien conservados. En esa época al ser un lugar público, tenía un aforo máximo de seis mil personas que acudían a ver obras divertidas interpretadas solo por hombres. Esta estructura tenía unos veinticinco metros de altura y un gran diámetro en la que la acústica resaltaba por su calidad. Durante más de doscientos años funcionó como lugar de reunión, esparcimiento y vida social y fue un instrumento que transmitía los valores culturales, políticos y religiosos del Imperio Romano.
Esta visita por la antigua Caesaragusta nos ha proporcionado un gran aporte de conocimientos y nos ha ayudado a comprender mejor el pasado de nuestra ciudad. Le agradecemos sinceramente a la guía el habernos enseñado tantas cosas que no sabíamos, reviviendo las áreas en las que se desarrollaban la actividad comercial, económica, política y social, cultural y religiosa de nuestra localidad. Recomendamos esta ruta de Caesaraugusta a quienes deseen aprender de forma amena y rigurosa sobre el mundo romano de Zaragoza porque recorrerán su centro político y sus edificios públicos más emblemáticos.

Paula Huerta y Marcela Imbaquingo