Paseo Romano

El pasado viernes 8 de octubre los alumnos de la asignatura optativa de Latín de 4º de la ESO del colegio de La Salle Montemolín, tuvimos la gran oportunidad de realizar un interesante Paseo Romano.
Gracias a esta actividad pudimos conocer el origen y los testimonios materiales que se conservan de la antigua Caesaraugusta, la única ciudad romana que gozó el privilegio de ostentar el nombre completo de su fundador: César Augusto.
Comenzamos la ruta de Caesaraugusta en la Oficina de Turismo del Torreón de la Zuda a las 11:30h. Durante este paseo visitamos las Murallas Romanas, el Museo del Foro, el Mueso del Puerto Fluvial, el Museo de las Termas Públicas y el Museo del Teatro.
Primero fuimos a las Murallas Romanas donde nos situamos en una época de hace más de 2000 años y conocimos la historia de su construcción. Es increíble que hoy en día, gracias a los restos conservados, podamos saber tanto sobre la antigüedad de nuestra ciudad.
En el Museo del Foro, localizado bajo la actual plaza de la Seo, vimos lo que fue en época romana el centro de la vida religiosa, civil, económica, administrativa y política de nuestra ciudad. Admiramos los restos de un mercado con sus tuberías de traída de agua, una cloaca y los muros de algunas tiendas. Se conservan también restos de una gran cloaca, canales y cimentaciones de lo que sería un pórtico con sus locales.


En el Museo del Puerto fluvial supimos que el río Ebro era navegable en la Antigüedad y que en sus riberas se asentaban embarcaderos y puertos. El puerto de Zaragoza formaba parte del foro. Los muelles del puerto se comunicaban con el foro por una escalinata.
Sin duda que nos sorprendió mucho el Museo de las Termas públicas situado en el centro de la ciudad, entre el foro y el teatro. Era un lugar para la limpieza del cuerpo, pero además era centro de la vida social y cultural. En estas instalaciones había vestuario, salas calientes, templadas y frías y gimnasio. Se conservan aún restos de unas letrinas, los inodoros antiguos. Una vez derribadas, se construyó sobre ellas una gran piscina porticada al aire libre. Desconocíamos que había unas piscinas especiales para natación y otras más habituales para la relajación y disfrutar del tiempo libre. Además no nos podíamos ni imaginar que antiguamente hacían ejercicio desnudos, hoy en día eso es inimaginable.
Lo que más más nos gustó fue el Museo del Teatro cuyo teatro es el monumento mejor conservado de Caesaraugusta. Funcionó durante más de doscientos años y fue lugar de reunión, esparcimiento y vida social. También sirvió para transmitir los valores culturales, políticos y religiosos del Imperio romano. Allí, después estuvo la medina musulmana, fue asentamiento de población judía y se vivió el esplendor económico y social de la Zaragoza renacentista. Aprendimos muchas cosas nuevas y nos parecieron muy interesantes todos los datos que se nos proporcionaron. Tenía una capacidad para 6000 espectadores que se sentaban en sus respectivos asientos según la clase social a la que pertenecían. Los patricios se colocaban en la baja cavea, la plebe en la media cavea y los esclavos y mujeres en la alta cavea. Los espectadores podían comprar garbanzos fritos y olivas. Dichos aperitivos los tiraban a los actores como protesta si no les gustaba la obra. Además, supimos que estaba mal vista la profesión de actor por lo que eran los esclavos quienes actuaban. Solo podían participar los hombres y los papeles de mujer los realizaban niños a los que no les había cambiado aún la voz.

Vivimos esta gran experiencia junto a nuestros compañeros y aprendimos muchísimo gracias la guía Pilar, que nos acompañó durante todo el paseo y nos explicó un montón de cosas nuevas para nosotros.
Acabamos a las 14.00h esta interesantísima ruta pedagógica. Fue un itinerario fabuloso para conocer, de forma amena y rigurosa, el centro político y los edificios públicos más emblemáticos de la ciudad romana Caesaraugusta. Tuvimos la enorme suerte de poder revivir las áreas en las que se desarrollaba su actividad comercial, económica, política y social, cultural y religiosa.

Claudia Pastor y Saray Carramiñana