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V Concurso de Microrrelatos contra la Violencia de Género

Ayer día 18 de diciembre, tuvimos el placer de asistir como seleccionadas a la entrega de premios del V Concurso de Microrrelatos contra la Violencia de Género que convoca el Instituto Aragonés de la Juventud en colaboración con el Instituto Aragonés de la Mujer y que lleva por título “Jóvenes con mucho que contar”.

Nos citaron para reivindicar, como jóvenes estudiantes que somos, los derechos de las mujeres con todo lo que tiene que ver con un tema realmente delicado como es la violencia de género.
Conocimos de la existencia del concurso gracias al interés de nuestro centro escolar en hacernos partícipes de proyectos tan interesantes y creativos como este.
Cuando enviamos nuestra propuesta de microrrelato, veíamos casi imposible el hecho de ser seleccionadas para la publicación del libro que contendría los cincuenta y dos mejores microrrelatos escritos en Aragón sobre este tema. Cincuenta y dos, en honor al número de mujeres asesinadas en nuestro país hasta el día veinticinco de noviembre, día contra la violencia de género.
Al llegar al evento, nos dirigimos a los asientos que nos asignaron para escuchar los relatos que habían obtenido el primer, segundo y tercer lugar. Estos relatos estaban cargados de sentimiento y emoción lo que hizo que la sala se llenara de la sinceridad de sus palabras.
Nos sentimos tremendamente agradecidas de haber podido asistir a una entrega de premios tan conmovedora como esta. Y ese sentimiento creció cuando nos dieron el libro con nuestro relato y pudimos ver las creaciones de los otros premiados.
Estamos muy contentas porque nuestras narraciones cumplieron con el objetivo del concurso que es que la juventud refleje su visión sobre el maltrato a las mujeres en la sociedad actual como forma de favorecer la prevención de la violencia contra la mujer y las actitudes machistas. Y además se reconoció en ellos calidad literaria y originalidad.
Vivimos esta experiencia con ilusión y la guardaremos en un hueco muy especial de nuestro corazón como una de las más preciadas de nuestras vidas.

Ana Cristina Ruesca
Marcela Imbaquingo