Bajo esta premisa, los estudiantes del segundo curso de primaria empezamos a investigar de qué formas posibles podemos respirar y así introducir oxígeno en nuestro cuerpo y sangre.
Gracias a distintos vídeos y libros descubrimos cómo era posible este acto involuntario que realizamos casi 30.000 veces al día. Los alumnos y alumnas remarcaron que es una función vital y la más importante, ya que sin respirar no podemos vivir.
En ese momento, las profesoras les planteamos la construcción de un aparato respiratorio de forma científica y todos de forma unánime se animaron con un SÍ.
Durante varias sesiones, en las clases del seminario de ciencias naturales, fuimos construyendo nuestros trabajos prácticos. Colocando cada órgano en su lugar correcto e identificándolo, configurando así el aparato respiratorio.
Y la parte más divertida, dando forma a los movimientos de inspiración y espiración con las pajitas y globos.
Aprender experimentando es un maravilloso camino para interiorizar los contenidos y entender el porqué de las cosas, en este caso, de un tema tan complejo como el cuerpo humano.
