Termina un curso intenso, lleno de trabajo, esfuerzo, buenos momentos y experiencias inolvidables. Hemos hecho cálculos impensables y lógicamente, hemos razonado; nos hemos enfrentado a problemas sencillos y otros no tanto, que hemos resuelto individualmente y, sobre todo, en equipo; hemos jugado con aros, petos, balones, líneas pintadas en el suelo,… también con nuestros compañeros y compañeras, claro; hemos descubierto lo maravilloso que es el lenguaje y cómo nos permite comunicarnos y conectar con las otras personas en distintos idiomas; junto a los libros, nos hemos encontrado con personajes sorprendentes, investigado misterios, vivido aventuras, hemos imaginado mundos fantásticos…; cuando ha sido necesario, hemos activado el botón de pausa para conectar con nosotros mismos; hemos conocido mejor el mundo que nos rodea, un lugar a veces extraño y a la vez, nuestra casa; hemos pasado horas en el patio, el lugar más feliz del mundo: carreras, canciones, confidencias, juegos, amistad,…; en definitiva, este curso ha sido un pasito más en el desarrollo de nuestros talentos y de nuestras competencias para seguir construyendo nuestro futuro. ¡Gracias!
