Sumando narrativa

El esfuerzo lo es todo, nos hace fuertes y nos da valor para seguir adelante hasta conseguir nuestros sueños y proyectos. El lunes 13 de junio, las tres clases de 4ºESO del colegio La Salle Montemolín pudimos conocer en persona al escritor Sergio Royo, ejemplo claro de cómo quien se lo propone de veras, logra su sueño. Este autor de narrativa nos contó que se convirtió en escritor reconocido cuando en 2016 publicó su primer libro de relatos El dolor del cristal. Dos años más tarde le siguió el segundo, Viviendo en tiempo brutal. Y en 2020 salió a las librerías Y de repente esta lluvia, su tercera colección de cuentos.
Sergio Royo en nuestro colegio no es solo conocido por sus triunfos en la literatura, sino también porque es antiguo alumno de esta comunidad de donde ya ha salido más de algún artista. Nos dijo que recuerda con cariño a todos los profesores que le enseñaron en sus años de estudiante y que por ello le agradaba tanto volver a su colegio y que agradecía mucho la invitación.
A mí me hacía mucha ilusión su llegada, y no era porque quiera dedicarme a la narrativa, sino porque me encanta ver que los sueños se pueden alcanzar, que
se pueden cumplir, y que todo es posible si te empeñas y te vas formando para conseguirlos.
En la charla nos explicó cada detalle de cada historia que previamente ya habíamos leído. Con una gran sensibilidad, nos adentró en sus narraciones y
nos recalcó que todas ellas nacen desde una emoción, una emoción que le permite, cuando la ha sentido, desarrollarla en forma de cuento. Nos comentó que el relato más personal de todos los que ha escrito es “Un final de madera”. Se trata del relato que cierra su primer libro El dolor del cristal. Nos dijo que en ese relato le pone voz a su abuelo y que lo escribió la noche que este falleció. Todos quedamos impresionados cuando nos indicó que con dicho cuento logró emocionar a toda su familia porque lo que escribió aquella noche fatídica, se imprimió y quienes asistieron a la ceremonia de despedida de su abuelo, lo pudieron leer.

Nos contó cómo decidió iniciar la vida literaria con la que tanto había soñado desde pequeño cuando escribía cortas narraciones en la red social Tuenti,
narraciones que sus compañeros del colegio compartían para que más personas las leyeran.
En otro momento de la charla nos confesó que hubo cosas en su vida que no comprendió y que por ello le surgieron inquietudes, nuevas formas de ver el
mundo y que le hicieron tomar nuevas decisiones. En su caso, afirmó que la literatura es consecuencia de todas las sugerencias y dudas que va teniendo y
que nunca pueden ser respondidas. Según nuestro autor, hay cosas para las que no estamos preparados hasta que nos suceden.

En el libro Y de repente esta lluvia nos sorprende con palabras que nos transportan al mundo de sentimientos fuertemente vividos. Puede decirse que en cada relato hay «un de repente» que sin darnos cuenta nos lleva a un terreno oculto y dramático que se esconde detrás de toda la historia.
Sin duda, el relato con el que más nos hemos vistos todos identificados y en consecuencia el que más nos ha gustado, es “Las hojas de los cuadernos”.
Sergio nos permite ponernos en la piel de un niño de un curso de primaria que se siente muy avergonzado y muy débil ya que su profesora le arranca una
hoja de su cuaderno porque la considera “un chapuza”. Muchos hemos sido víctimas alguna vez de ese mismo sentimiento de fracaso. La perspectiva
desde la que Sergio cuenta esta situación nos dejó admirados porque concluye diciendo que, incluso mientras estamos disgustados por algo y que por ello
no nos damos cuenta, hay alguien que nos mira con interés porque nos admira en secreto, alguien que nos valora.
Además también habíamos leído su microrrelato “Marca mi parada” con el que la semana pasada quedó finalista en el I Premio Avanza de Microrrelatos
”Historias de autobús” de la Feria del Libro. Nos gustó mucho la idea del milagro que puede suponer una mirada, y el tratamiento tan emotivo que le da
a la tristeza y a la sonrisa.
Para concluir, puedo afirmar que cada relato de este autor es una gota de lluvia que nos cala y que como están tan bien escritos, tienen la magia de oxigenar
nuestro corazón porque son pequeños tratados de comportamientos de los seres humanos con los que resulta muy sencillo identificarse.
Es un lujo poder hablar con escritor cuya obra leemos y nosotros lo pudimos disfrutar dando así sentido a lo que habíamos trabajado en la clase.

Natalia Bonel Vázquez 4º de Secundaria.