Una vez allí, realizaron actividades diversas, como: bañarse en el río, juegos aragoneses, anillamiento de aves y juegos nocturnos.
Estuvimos acompañados de una estupenda cocinera que ofreció sus mejores artes culinarias; también, dentro de la casa, disfrutamos de unas enormes literas para compartir con los amigos y amigas en una noche muy especial.
El viernes por la tarde regresamos para contar a nuestras familias todas nuestras aventuras.
¡Fue una experiencia magnífica! ¡Volveremos!