Descubriendo a Matilda

En la historia que escribió Roald Dahl hasta diez pueden ser los afortunados que encuentren un billete dorado, sin embargo, y mucho más sano, esta vez fueron 250 los tickets que se podían adquirir para disfrutar del musical de Matilda, preparado por los chicos y chicas de 5º.

Desde marzo llevaban preparándolo con ganas pasando por todas las fases que todo teatro conlleva.

Elegir la obra. En clase de música descubrieron las más celebres óperas y zarzuelas que fueron las antecesores de los musicales. Después, Analizando diez de los más destacados, debían elegir entre todos estas obras cuál sería la que este curso interpretarían. ¿Sería El Rey León? ¿Sería La Bella y La Bestia? ¿Jesucristo Superstar o Spamalot? De todos estos, y con una votación superajustada, salió el novedoso musical de Matilda, basado en el libro del mismo título.

Casting. El alumnado fue escuchando, aprendiendo, entonando, practicando y desarrollando la música de Matilda y eligiendo a qué personaje les gustaría dar vida. Difícil situación que sirvió para desarrollar el espectáculo en su máximo esplendor.

Ensayos. Este curso y siguiendo la evaluación que los propios alumnos hicieron el año pasado, se decidió un formato más resultón repartiendo el musical entre las tres clases del nivel. Hace un año, cada clase reducía un musical diferente, este curso decidimos unir fuerzas. Gran acierto. Así, el músical se dividió en 6 escenas con un tiempo similar de duración y cada clase tuvo que centrarse en dos de ellas. Así en el nivel había tres matildas, tres señoritas Honey, tres Trunchbull…

Desde final de marzo, cada personaje principal tenía definidos sus actores y estos podían empezar a estudiar y aprender sus canciones.

A pesar de las fiestas, excursiones y días sin clase de música, los recreos y los descansos de comedor eran aprovechados por los jóvenes actores como momentos para aprender junto a sus compañeros.

Enfilado el último tramo del curso, la clase de lengua sirvió para trabajar todo lo relacionado con la dramatización, el guión de texto, la escucha activa…

Y llegó el día. Los disfraces, los decorados… las luces, el sonido… ¡todo en su sitio! y también los espectadores. Por la mañana los compañeros de 6º, 3º y 4º. Por la tarde nuestro público más entregado. Y todos ellos disfrutaron de algo que no esperaban. Niños de 5º siendo actores musicales. No hace falta mencionar los varios solos delante de todos, ni los largos monólogos sin errores, ni los movimientos ensayados y coreografiados. ¿Para qué? ¡Si fue fantástico! La mayor recompensa, la experiencia.

Así salió. Los actores no lo olvidarán y los pequeños soñando con qué musical les tocará hacer cuando ellos lleguen a quinto.

¡Felicidades artistas!